Esta pequeña joya es un poemario que intercala versos y prosa poética, agrupados en siete breves capítulos que también incluyen citas de otros de autores. La obra está precedida de los comentarios magistrales que hace David Castillo. Se cierra con “Un epílogo” de Pep Rafart, que mediante sus rimas recibe al autor en el Parnaso. El cierre –“Prospecta”- lo escribe Jordi Dorca, que revela la clave del título; Toni Gol Roca dedica una poesía al autor y, finalmente, Jordi Vintró despide el conjunto con una bella composición.
Es el resultado del ejercicio de la libertad creativa sin límites ni ideas preconcebidas, tal como brota. Los sentimientos son desnudos e intemporales, escritos sobre climas erráticos, sin destinatario ni objetivo. El autor manifiesta su ser sin ninguna dermis que lo contenga, ensartando finitudes sospechadas.
El autor dice que su texto reivindica la actividad literal del hecho de escribir. Oscila entre el hecho intrascendente y el ejercicio reflexivo; una vez leído creo que también tenemos que incluir el de vivir todo aquello inmanente y huidizo, quizás inútil pero vital.