Gran comunicador, elegancia, presencia, pero también humildad y capacidad de escucha. Contaba la salud mental de forma comprensible y fácil, pero sin perder rigor ni seriedad.
Alguien me contó que el doctor Corbella comenzó a hacer apariciones en un programa de TV3 casi por casualidad, pero enseguida se ganó la admiración y el reconocimiento de la gente que lo veía en la tele, sobre todo por su manera sencilla y cercana de dar respuesta a las consultas que le hacían. Este mismo estilo lo utilizó en sus escritos y sus varios libros dirigidos a dar pautas y consejos para el bienestar emocional, para mejorar la relación de pareja, para saber tratar a los hijos, entre otros temas relacionados con la salud mental.
Aparte de conocer su producción literaria, también tuve el honor de trabajar con él y "ayudarle" en su consulta de la calle Aribau. Más o menos, escribía en sus libros lo que también explicaba a las personas que atendía. Y las personas que iban a ver querían escuchar lo que también habían oído en la tele y lo que habían leído en sus libros. En algunos casos, estas personas sólo querían una "segunda opinión" del doctor Corbella y con ello se daban por satisfechos. Parecía como si el doctor Corbella fuera el oráculo de Delfos que acudían los catalanes para preguntar sobre cuestiones que les inquietaban. Iban de todos los lugares de Cataluña. De hecho, podemos decir que el doctor Corbella era el psiquiatra de Cataluña. Y me alegro de que fuera así. Especialmente en un momento en el que se empezaban a publicar libros de autoayuda, comenzaban a estar de moda los remedios alternativos de todo tipo y se empezaba a perder el miedo a ir al psiquiatra.
El éxito y el valor de su trabajo como psiquiatra no era sólo debida a su fama como personaje público. Aparte de tener una buena formación como psiquiatra, también sabía cómo ganarse la confianza de las personas que atendía. Se preocupaba mucho de cuidar el vínculo y la relación médico-enfermo, como tal vez había aprendido a hacer de su padre, también médico de profesión. Sin duda, esta era una de las habilidades que más admiraba de él y que creo que es fundamental en la práctica asistencial de la psiquiatra.
Gracias, Joan Corbella, por tus lecciones