A mediados de julio de 2024, el doctor Daniel Figuerola vino al Colegio de Médicos de Barcelona a presentarnos su último libro, Memòries esbiaixades. Una gran reflexión sobre la amistad, la fragilidad y el trazo que deja la vida al llegar al último momento, ahora el suyo. Pero, por encima de todo, el libro está escrito por un médico que ha considerado siempre la medicina como un acto de amor. Y éste debió ser, por lo menos, que le llevó a intentar cambiar el paradigma de la atención clínica de las personas con diabetes, mediante la educación terapéutica. Una herramienta tan importante como los fármacos y dieta para el tratamiento de esta enfermedad. La intención del doctor Daniel Figuerola era practicar una educación diferente, no dirigida de arriba abajo –del médico al paciente– sino participativa, aquella forma de enseñar que había introducido en la escuela, en la primera mitad del siglo pasado, la médica y maestra italiana Maria Montessori. Y, para saberlo, acudió al Hospital de la Universidad de Ginebra donde de la mano del profesor Jean-Philippe Assal, aprendió cómo aplicarlo a la diabetes. Al volver de esta ciudad suiza, creó la primera Unidad de Educación Terapéutica en nuestro país, en el Hospital Clínic de Barcelona, ??con incomprensión y dificultades, como toda innovación, y años más tarde, con la misma idea, en la Fundación Rossend Carrasco i Formiguera, de la que fue el primer director. Desde esta institución formó en educación terapéutica en diabetes múltiples profesionales médicos y de enfermería, de todo el país. Ya en 2015, en homenaje a Carrasco i Fomiguera y en la ceremonia de entrega de los premios a la Excelencia Profesional que otorga el Colegio de Médicos, expuso, en una magnífica conferencia, este pensamiento, el suyo, sobre la educación terapéutica. Nos recordó que tuviéramos siempre muy presente la importancia de que, además de ser un buen médico, necesitamos ser también un médico bueno. Seguro y con esta intención, él quiso desarrollar, a lo largo de su vida, esta nueva herramienta que era la educación terapéutica en diabetes, hoy del todo necesaria.