Alberto Ramos

Dr. Alberto Ramos Fuertes

(1968 – 2013)

El compromiso del doctor Alberto Ramos con la Mina ha ido siempre mucho más allá de lo que implicaba su trabajo como médico de familia. Su visión comunitaria del ejercicio de la profesión y su vocación para ayudar a los más desfavorecidos lo convirtieron en un representante de las actividades comunitarias de la Mina. Ha sido un referente importante para muchos profesionales y para muchos pacientes con problemas de drogodependencias y por su compromiso con este colectivo. También ha sido referente del Programa Beveu Mnets, del Departament de Salut, haciendo tareas de formación sobre problemas relacionados con el consumo de alcohol.

Juan Manuel Mendive, médico de familia

Con solo cuarenta y cuatro años y sin oír en su voz ningún reproche por el inesperado y abrupto final, no dejó el pasado 25 de mayo nuestro amigo y compañero Alberto Ramos, médico de familia del CAP La Mina.

Solamente unos días antes del terrible diagnóstico, Alberto había participado en una de aquellas carreras que tanto le gustaban: correr unos cuantos kilómetros por su ciudad, por las calles de Barcelona.

Solamente unos días antes del diagnóstico, compartía su tiempo con sus compañeros del CAP La Mina y con los pacientes a los cuales tanto cuidado había prestado durante los últimos 17 años de su vida. Había llegado como residente a La Mina y en seguida tuvo claro que su destino profesional estaría vinculado al barrio. De hecho, con los esfuerzos necesarios consiguió la plaza donde él quería, en este barrio que él vio crecer y que le vio crecer como profesional.

El compromiso Alberto con la Mina ha ido siempre mucho más allá de lo que implicaba su trabajo como médico de familia. Él entendía su trabajo, sobre todo, desde la posibilidad de que la comunidad del barrio le ofrecía para incidir mucho más en los mensajes sanitarios. Por eso Alberto era un médico muy especial para mucha gente, porque no parecía un médico más, parecía uno más entre ellos... Cuando se oye hablar de la vertiente comunitaria del médico de familia, se debe conocer hasta donde esta posibilidad es una realidad o no. Cuando se ha tenido a Alberto como compañero se tiene muy claro qué quiere decir el compromiso de un profesional con la comunidad para la que trabaja.

Alberto quiso hacer que la gente del barrio de la Mina hiciera más actividad deportiva. Él, que además de sus carreras, se movía cada día en bicicleta de casa al trabajo y del trabajo a casa, sabía muy bien cómo de importante es el ejercicio para la salud. Por eso pensó instaurar una iniciativa a la comunidad: "La Mina Camina". Él solo contagió su entusiasmo a los vecinos para hacerles caminar los domingos por la mañana en un espacio de convivencia entre ellos y con los profesionales. Una gran idea que ha tenido ya cerca de 50 ediciones y que arrastra una verdadera riada humana solidaria entre vecinos y solidaria con la salud.

Pero Alberto, además, pensó que podríamos aprovechar todas las posibilidades que ofrecía el barrio para incidir en los mensajes de salud. Gran idea: la radio. Habló con los responsables de Radio la Mina y consiguió el espacio Tiempo de Salud. Un programa semanal donde poder enviar mensajes sobre problemas relacionados con la salud. Por este programa han pasado prácticamente la totalidad de los profesionales del CAP La Mina en algún momento, para hablar de las vacunaciones, las drogas o las quemaduras solares. Son ya 13 años de programación con guiones detallados y una gran dedicación.

Alberto ha sido también un referente importante para todos nosotros y para muchos pacientes con problemas de drogodependencias, por su compromiso con este colectivo, tanto desde la consulta como haciendo trabajos de apoyo al CAS Extracta La Mina durante varios años. También ha sido referente del Programa Beveu Menys del Departament de Salut, realizando tareas de formación sobre problemas relacionados con el consumo de alcohol.

Alberto explicaba todas estas actividades y este compromiso con la comunidad con grandes dosis de humildad en las jornadas donde participaba. Así, lo explicaba en la Red AUPA de actividades comunitarias en Catalunya o dentro de las reuniones del PACAP (Programa de actividades comunitarias de la sociedad española de médicos de familia).

Esta visión tan particular del ejercicio comunitario de la profesión del médico de familia hizo que Alberto recibiera médicos residentes de diversas comunidades autónomas, interesados en conocer de primera mano las novedades en esta forma de entender el trabajo asistencial.

Su mujer y sus tres hijos han tenido que hacerse un espacio en el corazón de Alberto todos estos años para poder compartirlo con los vecinos de la Mina, y las reuniones de la Plataforma de Vecinos por las noches o las caminatas los domingos ya formaban parte de los calendarios de la familia Ramos.

Muchas veces no somos conscientes de la suerte que tenemos hasta que la persona que nos la proporciona ya no está con nosotros. Muy a menudo incluso olvidamos hacer hablar en voz alta en nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. Decirlo claro. El hecho de compartir trabajo, ideas y proyectos con Alberto durante mucho tiempo sólo me reafirma en la idea de que es una suerte y un honor haber podido compartir con él todo esto. Haber tenido la suerte, además, de compartir los difíciles momentos de su final agradecido, me hacen estar más seguro, todavía, que Alberto no ha muerto para la comunidad de la Mina y que su generosidad y su compromiso permanecerán siempre muy vivos entre todos lo que lo hemos conocido.