Obituari Josep Maria Grau Junyent

Josep Maria Grau Junyent

(1952-2024)

Nuestro compañero, el Dr. Josep Maria Grau Junyent, nos dejó el pasado 14 de abril a la edad de 71 años.

Francesc Cardellach. Catedrático emérito de la UB y consultor emérito del Hospital Clínic.

Josep Mª inició sus estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona en 1969 y durante los 6 años de carrera se formó como interno en la Cátedra de la Clínica Médica C del Hospital Clínic, dirigida por el Prof. Cirilo Rozman. Se licenció en 1975 y al año siguiente inició la formación especializada en Medicina Interna bajo la dirección del Prof. Álvaro Urbano Márquez; obtuvo el título de Doctor en 1983.

Su trayectoria asistencial ha estado marcada por su fuerte personalidad: un carácter duro consigo mismo pero absolutamente volcado con los demás. En su labor profesional destacó siempre por su carácter serio y poco abierto a alegrías superficiales y frivolidades fuera de lugar. Estos aspectos, muy propios de una persona con un carácter quizás introvertido y entregada totalmente a su vocación como internista convencido, se transformaban completamente en signo contrario en la intimidad, donde compartir ratos con él significaba disfrutar de la bondad de un compañero extraordinario y con unos sentimientos a flor de piel. Este ha sido el maravilloso contraste de una persona honesta, trabajadora, internista vocacional y maestro de muchos profesionales del hospital.

El compañero Josep Mª destacó también por su implicación en investigación, donde ha sido líder de un grupo que se ha convertido en referente en el estudio de las enfermedades musculares, especialmente las inflamatorias. Empujado por sus maestros Rozman y Urbano-Márquez, demostró con hechos que el internista de un hospital de tercer nivel debe desarrollarse en un área concreta sin dejar nunca la esencia de la propia vocación como profesional. La constatación de ello queda patente en el número de compañeros o familiares de compañeros que le llegaron a pedir opinión y ayuda. El otorgamiento de la consideración como Consultor Emérito fue un firme reconocimiento de toda esta trayectoria asistencial e investigadora en el hospital. Hasta pocas semanas antes de morir todavía asistía puntualmente (otra de sus virtudes) a las sesiones por vía telemática.

Los méritos docentes de Josep Mª han sido, asimismo, excepcionales. Profesor Ayudante desde 1976 hasta 1985, Profesor Titular desde 1985 hasta 2010, y desde 2010 hasta 2022 Catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de nuestra universidad. En la actualidad era Catedrático Emérito. Todos estos reconocimientos fueron absolutamente merecidos, dado el resultado de su maestría en los numerosos médicos residentes y alumnado que tuvo bajo su responsabilidad. Josep Mª fue siempre ejemplo de rigor y disciplina, el primero en exigirlos, pero también el primero en ejercerlos. Nunca se escondió de sus obligaciones (muchas veces autoimpuestas) bajo la razón de sobrecarga de trabajo o de otras excusas a menudo vividas en nuestro ámbito cuando se trata de la docencia. Hasta el último día de su actividad profesional ejerció de verdadero maestro.

En este ámbito universitario, en el que el Prof. Josep Maria Grau estuvo siempre implicado en varios cargos de representatividad y de gestión, quisiera destacar su dedicación y liderazgo como Director del Departamento de Medicina durante 12 años (2009-2021), y que ejerció con absoluta honestidad y con gran acierto. Seguro que por todos estos méritos mereció la consideración de miembro Numerario de la RAMC en 2014.

Finalmente, quisiera destacar dos aspectos personales de Josep Mª y que quizás no son conocidos por toda la comunidad de profesionales que hemos estado cerca, aunque él nunca se había escondido. Por una parte, su profunda afición a la cocina, que puedo asegurar que lo fue desde toda la vida, y que le llevó a ser uno de los fundadores de una sociedad gastronómica en Terrassa (Terregada). Allí pudo desarrollar muchos platos, algunos de verdadera imaginación, aunque sus especialidades, reconocido por él mismo, fueron el bacalao (capaz de hacer más de 20 formas diferentes), los arroces (el bazo de la sepia, sobre todo, si es de pescado) y el 'suquet' (mejor con escórpora). El segundo aspecto que le caracterizó, de siempre, fue la atracción que sentía por el mar de Cadaqués. Allí, donde tenía su nido y la barca, se escapaba siempre que podía con la familia para compartir momentos y comidas inolvidables con sus amigos.

Josep Mª nos ha dejado, pero será muy difícil que su recuerdo haga lo mismo. Estoy convencido de que la huella que ha dejado es demasiado fuerte para que los compañeros, amigos y numerosos discípulos, fruto de su maestría de tantos años (el último su ejemplo de voluntad en la agonía) haga corta nuestra memoria. No puede. Todos nosotros deploramos esta pérdida y el sentimiento es de una profunda pena y dolor por un traspaso que no tocaba. Los compañeros y amigos queremos expresar el más profundo pésame para toda su familia que lo ha amado y admirado de forma incondicional. Y que le han acompañado en todo momento.

Descansa en paz, Josep Maria. Ya te echamos de menos.