Si lo que buscas es completar tu formación y adquirir conocimientos y habilidades profesionales más avanzadas, la mejor opción es realizar un fellowship. Estos programas consisten en una estancia temporal (generalmente un año) participando en las actividades de una unidad especializada de un centro internacional.
Tienes la opción de hacer dos tipos de fellowship: el de investigación o el clínico. En el primer caso, dedicarás todo el tiempo a hacer investigación con el grupo de investigación donde te integres. En el segundo, combinarás la investigación con el trabajo asistencial. En cualquier caso, estarás supervisado por un tutor que te acompañará a lo largo de tu formación.
Puedes ir a cualquier país de Europa, Estados Unidos, Australia o Canadá a hacer el fellowship. En cada país la burocracia es diferente, debes tener muy en cuenta sus requerimientos y especificidades. Por ejemplo, si quieres pedir la estancia en Estados Unidos, antes tendrás que aprobar el United States Medical Licensing Examination, un examen que los propios americanos tienen que realizar para conseguir la certificación académica que les permite ejercer la medicina.
Una vez hayas decidido el fellowship que quieres hacer, tienes que ponerte en contacto con el director del programa y comenzar a preparar toda la documentación. Tienes que saber que el proceso es lento: puede pasar un año desde que inicias los trámites hasta que te incorporas al centro. Por este motivo es muy recomendable que si tienes claro el fellowship y el destino, empieces a moverte antes de finalizar el MIR.
La experiencia de otros médicos que han hecho un fellowship puede ayudarte a tomar la decisión: