La narración nos adentra en la evolución del conflicto territorial español desde la última etapa del franquismo, los años setenta, hasta la actualidad, en el Sahara Occidental. No se trata de una novela histórica, sino que se desarrolla en el marco de la historia reciente.
Entre el ayer, que comienza hacia el 1972 y el hoy, que persigue el 2017, el argumento tiene un pie en el país sahariano y el otro en Barcelona y Castelldefels. Los contrastes de los tiempos, de la geografía y de las culturas, ofrecen muchas oportunidades para reflexionar sobre los sucesos de este último medio siglo y la humanidad de las historias vividas y de las que se pierden en un futuro incierto.
Descripciones y diálogos sitúan bien los personajes y la trama traza un relato convincente, mediante un uso de la lengua castellana poco enredada y bien ágil, fácil de seguir.
La obra cumple el doble objetivo de entretener y de inmiscuirnos en las consecuencias de unos intereses geoestratégicos, irresueltos, y en una sociedad compleja que vive precariamente en su tierra, perdida y casi olvidada en la inmensidad del continente africano .