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Hace semanas recibimos, con consternación, la noticia de la condena a muerte del médico radiólogo iraní Dr. Hamid Ghareh Hassanlou, arrestado en su domicilio cercano a Teherán a principios de noviembre, junto con su esposa, Frazaneh Ghareh Hassanlou, que también ha sido condenada a 25 años de cárcel.
El doctor Ghareh-Hassanlou y su esposa son dos víctimas más de la deriva de violencia y de la opresión masiva desencadenada en la República Islámica de Irán para poner fin al levantamiento popular. Ahora mismo hay condenadas a muerte muchas otras personas, como, por ejemplo, el jugador de fútbol Amir Nasr-Azadani, por el solo hecho de defender los derechos humanos y, en especial, los derechos de las mujeres.
El caso del doctor Ghareh Hassanlou, que, según testigos, ha sido duramente golpeado hasta el punto de requerir ser intervenido, es un claro ejemplo del alarmante grado de violencia que se está ejerciendo en Irán contra el personal sanitario. Tal y como ha denunciado la World Medical Association (WMA), cada vez hay más profesionales amenazados y torturados solo por el hecho de hacer su trabajo. Desde el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) recordamos que, de acuerdo con las normes éticas de la medicina, los médicos tienen la obligación de tratar a los heridos o enfermos, sin ninguna otra consideración y que los reclusos deben recibir la atención médica necesaria sin influencia de las autoridades.
Desde el CCMC, en la misma línea que también han hecho la WMA y otras organizaciones médicas y colectivos profesionales de todo el mundo, pedimos la suspensión inmediata de todas las ejecuciones en Irán, con el objetivo final de abolir la pena de muerte, así como el fin de las torturas. En este sentido, hemos dirigido también una carta al embajador de Irán en España, Sr. Hassan Ghashghavi.
Consideramos que es intolerable amenazar con represalias al correcto ejercicio de la profesión médica, así como utilizar los centros sanitarios para buscar y detener a opositores al régimen. Pedimos, por tanto, en solidaridad con nuestros colegas iraníes, condiciones seguras para los médicos y resto de personal sanitario en el cumplimento de sus tareas y misión, así como también acceso total a la atención médica para todos los ciudadanos que la requieran.