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Un nou Quadern de la Bona Praxi que posa èmfasi en la responsabilitat dels professionals i dels centres, tant públics com privats

'Terapias no validadas o fuera de ficha técnica', un nuevo QBP que pone énfasis en la responsabilidad de los profesionales y de los centros, tanto públicos como privados

En el mercado existen y proliferan multitud de productos farmacéuticos, herramientas tecnológicas o soluciones de bioingeniería cada vez más complejas. Hacer diagnósticos y ofrecer tratamientos en un entorno en el que existen recursos tan diversos y de cualidades muy dispares sitúa a los profesionales ante un escenario de enorme complejidad. Existen campos en los que la investigación tecnológica y farmacológica ha avanzado mucho, pero las innovaciones no siempre terminan demostrando un impacto positivo en la salud de las personas.

La voluntad de los profesionales de estar siempre al día de las últimas novedades o de diferenciarse en la oferta asistencial con nuevos y mejores tratamientos puede llevar a interpretar que los beneficios reales se sitúan por encima de lo que la evidencia disponible nos permite afirmar. En ocasiones, la diferencia entre los casos en los que se aplican tratamientos con beneficios marginales y la futilidad radica en la valoración clínica que se realiza y en la correcta evaluación del valor que aportan a cada paciente.

La colección Cuadernos de la Buena Praxis, editada por el Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB) y el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC), acaba de incorporar un nuevo título que responde a la necesidad de definir estos escenarios y también las responsabilidades que se derivan. El documento Terapias no validadas o fuera de ficha técnica. Responsabilidad de los profesionales y de los centros, públicos y privados, en su uso quiere aportar herramientas para profesionales e instituciones ante este entorno complejo y, a su vez, delimitar la responsabilidad y el comportamiento ante la utilización de terapias no validadas o de dudosa utilidad clínica.

El nuevo cuaderno pone especial énfasis en que las instituciones y organizaciones sanitarias, tanto públicas como privadas, deben ofrecer mecanismos de seguridad a los pacientes y a los profesionales que garanticen que las innovaciones diagnósticas o terapéuticas que se incorporan han pasado por una valoración cuidadosa de su calidad. Por otra parte, las direcciones de los centros deben hacerse responsables de supervisar estos procesos.

El documento aporta además información práctica sobre ejemplos de tratamientos y procedimientos que, aunque son utilizados con cierta frecuencia en ciertas patologías, disponen de una evidencia científica débil (ozonoterapia, ácido hialurónico, células madre, etc.). Incluye también un glosario de términos (futilidad terapéutica, medicamento off-label, evidencia y validez científica, etc.) con el objetivo de clarificar conceptos clave.

La presentación del nuevo QBP tuvo lugar en una sesión celebrada en el CoMB el pasado 23 de mayo, en la que intervinieron el secretario del CoMB, Gustavo Tolchinsky, y algunos de los autores del documento. La coordinadora del cuaderno y presidenta de la Comisión de Deontología (CD) del CoMB, Magda Campins, destacó que la publicación aporta información práctica y necesaria para orientar en la búsqueda de evidencia científica y pone al alcance de los profesionales guías de actuación ante situaciones que puedan generar dudas.

De izquierda a derecha: Magda Campins, presidenta de la Comisión de Deontología (CD) del CoMB; Jaume Duran, director general de la Fundación Sanitaria Mollet y miembro de la CD del CoMB; y Rosa Maria Antonijoan, directora del departamento de Farmacología del Hospital Santa Creu i Sant Pau y miembro de la CD del CoMB

El acto de presentación en el CoMB incluyó dos mesas redondas. La primera, dedicada a la incorporación de nuevas terapias en los centros sanitarios públicos y moderada por Magda Campins, contó con las intervenciones del director general de la Fundación Sanitaria Mollet, Jaume Duran, y la directora del departamento de Farmacología del Hospital Santa Creu i Sant Pau, Rosa Maria Antonijoan, ambos miembros de la CD del CoMB. Los ponentes precisaron que, en el caso de los centros públicos, a través del proceso de acreditación, la responsabilidad de la seguridad en la prescripción o indicaciones terapéuticas, así como de la equidad en el acceso a los recursos, es compartida con el CatSalud. También destacaron el papel primordial de las comisiones de farmacoterapéutica a la hora de incorporar nuevos fármacos, ya que son la garantía de que se tendrán en cuenta los factores de seguridad, eficacia y calidad, así como el principio de la "justicia distributiva", sobre todo, cuando se trata de un uso excepcional (por ejemplo, en prescripciones de medicamentos fuera de ficha de técnica). "Lo que hacemos con un paciente debemos ser capaces de hacerlo con todos", recordó Duran. En definitiva, se trata de hacer balance entre "el beneficio individual y el beneficio colectivo", puntualizó Antonijoan.

En la segunda mesa, sobre mecanismos para la incorporación y vigilancia de nuevas terapias en los centros sanitarios privados y moderada por la visecretaria del CoMB, Sònia Miravet, intervinieron Pere N. Barri, ginecólogo del Hospital Universitari Dexeus y miembro de la CD del CoMB; Bartolomé Martínez, médico y consejero delegado de Clínica Corachán; Roberto Seijas, traumatólogo del Instituto Cugat de Barcelona y miembro de la CD del CoMB; y Petra Vega, médica y codirectora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar de la UB-IFMiL.

De izquierda a derecha: Sònia Miravet, visecretaria del CoMB; Bartolomé Martínez, médico y consejero delegado de Clínica Corachán; Petra Vega, médica y codirectora del Máster de Medicina Estética y del Bienestar de la UB-IFMiL; Pere N. Barri, ginecólogo del Hospital Universitario Dexeus y miembro de la CD del CoMB; y Roberto Seijas, traumatólogo del Instituto Cugat de Barcelona y miembro de la CD del CoMB.

En este debate se hizo hincapié en la diferencia existente entre la situación del médico que ejerce de forma liberal, pero dentro de una institución privada jerarquizada, y la del médico que lo hace desde una consulta unipersonal. En el primer caso, los mecanismos de control son más similares a los del sector público, mientras que, en el segundo, el profesional a menudo se puede encontrar aislado, por lo que los ponentes destacaron la necesidad de iniciativas que sirvan de acompañamiento a los profesionales, como la publicación de este QBP. Los ponentes también denunciaron la creciente agresividad de una publicidad que “tiene más en cuenta el objetivo comercial que el sanitario”, tanto por parte de la industria farmacéutica y tecnológica como de algunos centros”.

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