Esta web utiliza cookies que permiten el funcionamiento y la prestación de los servicios de la web así como cookies analíticas y de sesión que almacenan y recuperan información cuando navegas. Clica AQUÍ para más información o para cambiar la configuración de las cookies.
Puedes aceptar las cookies de anàlisis pulsando ACEPTAR o RECHAZAR.
Aceptar Rechazar
Reserva un día y hora para realizar un trámite en las oficinas de Atención al Colegiado y ser atendido por uno de nuestros asesores.
colegiado
No colegiado
Te facilitamos la búsqueda de documentos y publicaciones del CoMB con esta herramienta documental
Acceso a la búsqueda avanzada.
¿Cómo se presta la atención sanitaria a las personas sin hogar en Barcelona? ¿Estamos dando respuesta a sus necesidades de salud? Éste fue el punto de partida de la jornada #SalutSenseLlar, organizada por el Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB) y celebrada el día 6 de octubre. Los principales objetivos eran poner sobre la mesa los avances y carencias que existen en este ámbito, conocer qué se está haciendo en otras ciudades de Europa y poner las bases para iniciar un trabajo conjunto que contribuya a impulsar nuevas propuestas para profesionales, entidades y administraciones que mejoren la calidad de la asistencia y que garanticen la accesibilidad de las personas que viven en la calle en los servicios de salud.
Profesionales de los ámbitos de la salud y social, procedentes tanto de ámbito local como internacional, debatieron sobre las necesidades y modelos de atención a las personas que viven en la calle y en situaciones de emergencia habitacional en general. El acto comenzó con unas palabras del presidente del CoMB, Jaume Padrós, quien recordó que "es una obligación ética y profesional ayudar a mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad". Según Padrós, "la profesión médica debe tener la sensibilidad para poner el acento social allá donde es más necesario".
Beatriu Bilbeny, vocal de la Junta de Govern del CoMB e impulsora de la jornada
A continuación, intervino la médica de familia Beatriu Bilbeny, vocal de la Junta de Gobierno del CoMB, que, como impulsora de la jornada, dejó claro su punto de partida: “no hay ciudadanos de primera y de segunda, sino personas que necesitan asistencia”. Bilbeny, médico de familia en el CAP Raval Sur de Barcelona, aclaró que el sinhogarismo “no sólo se aplica al hecho de dormir a la intemperie, sino que incluye toda una serie de situaciones de inestabilidad social”. Bilbeny emplazó a generar un grupo de trabajo para empezar a hacer cosas de una forma diferente. "Esta jornada no puede quedar en un simple tuit", alertó.
Contrastando experiencias
Seguidamente fue el turno de la primera mesa redonda, titulada “Contrastando experiencias”. La directora de Atención a los Servicios de Sinhogarismo del Instituto Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Carmen Fortea, habló de la experiencia del Programa Municipal de Atención a Personas Sin Hogar en el ámbito de la ciudad de Barcelona, uno de cuyos ejes principales “es la coordinación con la red de salud”. Fortea explicó que el sinhogarismo "es un fenómeno que sigue creciendo y que actualmente afecta a unas 1.000 personas en la ciudad de Barcelona", y lamentó que "hay mucha más capacidad de exclusión que de salida de los circuitos asistenciales".
La coordinadora de políticas de la Federación Europea de Organizaciones Nacionales que Trabajan con Personas Sin Hogar (FEANTSA), Simona Barbu, explicó el funcionamiento de esta organización, radicada en Bruselas, que se creó en 1989 para poner fin al sinhogarismo en Europa, especialmente mediante el programa Housing First, un hito que tan sólo ha logrado alcanzar Finlandia. Según Barbu, “hay una estimación de unas 700.000 personas sin hogar que duermen en la calle en Europa”, cifra que ha aumentado un 70% en los últimos 10 años y que incluye cada vez a más mujeres, familias con niños, menores de edad y migrantes. Sin embargo, Barbu afirmó que todavía es un trabajo pendiente recopilar datos y conocer con exactitud el alcance real del sinhogarismo en Europa, una realidad que se hizo evidente durante el confinamiento general al inicio de la pandemia de COVID-19, que requirió grandes esfuerzos para encontrar alojamiento a las personas que vivían en la calle. Barbu presentó también la Declaración de Lisboa de la Plataforma Europea para Combatir el Sinhogarismo (2021), firmada por 27 estados.
De izquierda a derecha: Alex Bas, presidente ejecutivo de la ONG inglesa Pathway; Simona Barbu, coordinadora de políticas de la FEANTSA; y Carmen Fortea, directora de Atención a los Servicios de Sinhogarismo del Instituto Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona
Para cerrar la mesa, el presidente ejecutivo de la ONG inglesa Pathway, Alex Bax, explicó en qué ha consistido la experiencia de “doce años de inclusión en salud”, es decir, toda la historia del trabajo realizado por esta organización que, en colaboración con el sistema público de salud británico (NHS), atiende anualmente a unas 5.000 personas sin hogar en Londres. Bax afirmó que el objetivo de Pathway "no es sólo desarrollar, dentro del NHS, nuevos modelos de cuidado para las personas excluidas socialmente, sino que también hay que avergonzar al sistema cuando no funciona y ser agentes de cambio". Bax insistió en dos elementos fundamentales: la importancia de formar profesionales y equipos especializados que puedan actuar de forma simple y replicable y, por otra parte, la necesidad de investigar y generar evidencia. "Hemos comprobado que la intervención de un equipo Pathway en un centro hospitalario es un recurso coste-efectivo, que reduce los días de estancia de las personas sin hogar y también el número de reingresos", afirmó Bax. Actualmente, la organización tiene activos un total de 18 equipos, todos ellos integrados por profesionales del NHS.
Perspectiva clínica
La médica epidemióloga y directora de Promoción de la Salud de la Agencia Salud Pública de Barcelona, Maribel Pasarín, introdujo la segunda mesa redonda, “Perspectiva clínica”, recordando que, a pesar de que cada vez disponemos de mayor conocimiento sobre los efectos que tienen los determinantes sociales en las desigualdades en salud, es necesario preguntarse y revisar si realmente se está aplicando en el día a día a las intervenciones y políticas que se ponen en práctica desde las instituciones. Según Pasarín es necesario "conocer cómo se está prestando la atención a las personas sin hogar en Barcelona, saber si estamos cubriendo sus necesidades y tener en cuenta cómo los determinados sociales estructurales influyen las desigualdades en salud".
La enfermera del SEM Zulma Itzaina explicó, de forma muy gráfica, cómo es la asistencia que realizan los profesionales del SEM, en el día a día, a las personas sin hogar. Itzaina puso el ejemplo de un paciente que este año había requerido la activación de hasta 65 asistencias del SEM en nueve meses. El SEM llevó a cabo, entre enero y septiembre de 2022, 1.085 movilizaciones de personas en la calle, el 75% de las cuales fueron derivadas a centros sanitarios. "Pero es un modelo de atención ineficaz, basado en una respuesta siempre reactiva, que genera mucha frustración", lamentó Itzaina. Esta enfermera apuntó que es necesario un modelo basado en la prevención y, sobre todo, que sea capaz de conseguir que “el usuario quiera ese soporte”. Ahora mismo, según explicó Itzaina, la mayoría de personas que el SEM traslada a centros sanitarios "huyen" de los servicios al cabo de entre 3 y 7 horas.
La médica de familia en el CUAP Peracamps – Parc Salut Mar, Núria León, expuso algunos datos procedentes de un estudio realizado en su centro en julio de 2022, a partir de la detección de 152 pacientes atendidos e identificados como personas sin hogar. Se trata de pacientes con diversas casuísticas que les abocan a estar en la calle ya menudo sin tarjeta sanitaria (personas venidas de otros países, otros, con domicilio en centros sociales, refugiados, jóvenes salidos de centros tutelados, personas detenidas... ). León destacó la “gran dificultad para contabilizar a estos pacientes” y algunas de las patologías más habituales: enfermedades crónicas descompensadas por falta de seguimiento, adicciones, patología dual (mental y adicciones), traumatismos y heridas, agresiones... En este sentido, destacó que ser mujer en la calle incrementa el riesgo de sufrir violencia y agresiones (sexuales) y también mayor estigma social. Por último, denunció que las soluciones puntuales que se ofrecen actualmente generan "impotencia" entre los profesionales y "distorsión" en los servicios de urgencias.
De izquierda a derecha: Zulma Itzaina, enfermera del SEM; Montse Perez y Carme Roca, médicas de la Asociación #Salutsensetecho; Daniel Roca, médico de familia en el CAP Raval Sud; Núria León, médica de familia en el CUAP Peracamps – Parc Salut Mar; y Maribel Pasarín, médica epidemióloga y directora de Promoción de la Salud de la Agencia Salud Pública de Barcelona
El médico de familia en el CAP Raval Sud, Daniel Roca, recordó que el solo hecho de vivir en la calle reduce la esperanza de vida de una persona entre 15 y 30 años y presentó los resultados del reciente estudio ESSELLA (Estado de Salud de la Población Sin Hogar), que él mismo ha liderado, gracias a una beca de investigación del Instituto Catalán de la Salud (ICS), y en el que “se ha aplicado una metodología científica para profundizar en el estado de salud de las personas sin hogar”. Roca informó que el estudio refiere “índices muy altos, que incluso multiplican por 40 los de la población general, en enfermedades como EPOC, enfermedades infecciosas como el VIH y trastornos mentales y adicciones”, y reclamó “más coordinación entre servicios y bases de datos comunes”. El estudio ESELLA se basa en 146 entrevistas realizadas a población atendida por la ONG Arrels y el CAS Baluard, que representan dos perfiles diferentes de personas que viven en la calle. Roca planteó que es necesario gestionar esta realidad con los dispositivos adecuados y lamentó que a menudo se derrochen recursos que deberían dedicarse a circuitos bien diseñados.
Las médicas Carme Roca i Montse Perez, de la Asociación #Salutsensesostre, explicaron el funcionamiento de su organización, integrada por voluntarios y, en un 80% por profesionales sanitarios jubilados, La actividad de la asociación se lleva a cabo mayoritariamente desde el dispositivo instalado en la iglesia de Santa Anna, en el barrio Gòtic de Barcelona, y se coordina con los dispositivos sanitarios de la red pública. La asociación dispone de una unidad móvil que se desplaza por el barrio con un médico, una enfermera y una persona de soporte administrativo. "Debemos salir a la calle, porque estas personas no vendrán a vernos y, a partir de aquí, ya podemos establecer vínculos de confianza", insistió Roca. Las médicas reclamaron "imaginación y flexibilidad ante un colectivo extremadamente vulnerable", así como "enmarcar la atención sanitaria dentro del sistema público de salud". #Salutsemsespstre ha realizado más de 2.500 visitas en dos años, disponen de banco de gafas y ofrecen también visitas de podología y odontología. Además, tienen un proyecto de docencia para que médicos residentes y estudiantes de enfermería puedan realizar rotación.
Salud mental y adicciones
La psiquiatra del Hospital Clínico de Barcelona y vocal de la Junta de Gobierno del CoMB, Rosa Calvo, introdujo la tercera mesa redonda, “Salud mental y adicciones”, haciendo énfasis en la situación de los niños y adolescentes en situación de sinhogarismo y destacando "los graves problemas de salud mental que sufren, especialmente la ansiedad y la depresión". Calvo recordó que muchos menores viven en hogares que no reúnen unas condiciones mínimas, expuestos a abusos, tóxicos, carentes de higiene, aislados socialmente. "Tenemos adolescentes que viven en casas ocupadas, dentro de trasteros... todo esto también es sensalallarismo", insistió.
La psicóloga y jefa del Servicio de Prevención y Atención a Drogodependencias. Agencia de Salud Pública de Barcelona, Montse Bartroli, presentó algunos datos y valoraciones sobre la experiencia del centro de acogida de “baja exigencia”, un dispositivo pionero y único en Cataluña y en el Estado, para personas sin hogar con adicciones , donde se permite el consumo supervisado de drogas. Bartroli detalló la "perspectiva de género integral" que guió este recurso y los buenos resultados conseguidos. La pandemia y el confinamiento posibilitaron la apertura, por primera vez, de un centro de estas características, en el que se ofrecen 50 plazas (la mitad reservadas a mujeres). Hasta ahora han pasado 255 personas. Se trata de un centro "donde los usuarios consiguen seguridad física y emocional y donde pueden dar los primeros pasos para dejar de hundirse", resumió Bartroli. Según los datos disponibles, a los 3 meses, los usuarios han reducido más del 50 por ciento el consumo de alcohol, un 30 por ciento el de drogas inyectadas y un 40 por ciento las inhaladas.
La psiquiatra y coordinadora del programa ESMES (Equipo Salud Mental Sin Techo) del Parc Sanitari Sant Joan de Déu Yolanda Yolanda Osorio que hay "muchos caminos" para llegar a vivir a la calle y explicó la experiencia de este programa, iniciado en 1998 y que en 2021 atendió a 711 personas. Osorio destacó que ESMES es un modelo “centrado en la persona y su apoderamiento, basado en el modelo de recuperación y de baja exigencia”, y situó los retos que afronta: “incrementar los recursos profesionales y de vivienda, consolidar el trabajo con la red de toxicomanías, mejorar la coordinación con las prisiones y abordar el estigma”.
De izquierda a derecha: Montse Bartroli, psicóloga y jefe del Servicio de Prevención y Atención a las Drogodependencias. Agencia de Salud Pública de Barcelona; Diego Aránega, psicólogo y coordinador del Centro de Atención y Seguimiento en las Drogodependencias (CAS) Baluard; y Yolanda Osorio, psiquiatra y coordinadora del programa ESMES del PSJD
El psicólogo y coordinador del Centro de Atención y Seguimiento en las Drogodependencias (CAS) Baluard, Diego Aránega, ofreció una detallada explicación del perfil y determinantes de los usuarios del centro, marcado por dinámicas como la “dificultad para diagnosticar problemas de salud mental debido a la presencia de consumo de drogas, complejidad en la atención, alta prevalencia de trastornos adictivos severos en los perfiles atendidos y aumento del policonsumo”, entre otros factores.
El médico y subdirector General de Adicciones, VIH, ITS y Hepatitis Víricas de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Joan Colom, intervino por videoconferencia y ofreció cifras globales de la atención a los usuarios de los CAS, con 13.423 casos de inicio de tratamiento en 2021. Colón pidió abordar el consumo de drogas “desde una perspectiva transversal que integre diferentes ejes vitales de la persona”, y reconoció que es necesario “avanzar hacia una red de recursos inclusiva que permita iniciar procesos de recuperación de personas afectadas por consumos problemáticos de forma coordinada dentro de la estrategia integral para el abordaje del sinhogarismo”.
Una mirada social
La decana del Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña, Conchita Peña, introdujo la última mesa redonda de la jornada, titulada “Una mirada social”. Peña también insistió en reclamar la necesidad de tratar el sinhogarismo con “una intervención poliédrica y trabajando en la integración de todos los sistemas de bienestar implicados en el cuidado de las necesidades de las personas: social, sanitario, de educación y de justicia” , y recordó que "así como el diagnóstico médico es del médico y el de los cuidados es de la enfermera, el diagnóstico social es del trabajador social".
La trabajadora social del CAP Drassanes, Carolina González, hizo una exposición sobre la labor de trabajadora social sanitaria (TSS) en el EAP Raval Sud, y pidió “repensar cómo se puede facilitar el acceso a los servicios, que a menudo es como una carrera de obstáculos, con circuitos complejos y excluyentes”. González llamó a “tener una mirada que tenga en cuenta todos los ejes de desigualdad”. Insistió, además, en la necesidad de “reflexionar sobre la indiferencia hacia el sufrimiento humano”.
La trabajadora social del AIS Litoral del Hospital del Mar, Laura Morro, empezó con una autocrítica colectiva. “Esta mesa es la mesa de la verdad, y la verdad es que lo hacemos bastante mal con las personas sin hogar”. Morro detalló el perfil de las 144 personas sin hogar atendidas en su centro entre enero y septiembre de 2022 y terminó su intervención con "la esperanza y las ganas de los profesionales de hacer una verdadera integración social y sanitaria".
De izquierda a derecha: Laura Morro, trabajadora social del AIS Litoral del Hospital del Mar; Marta Maynou, trabajadora social de la Fundación Arrels; Jordi Rodríguez, testigo de vivir en la calle; Carolina González, trabajadora social del CAP Drassanes; y Conchita Peña, decana del Colegio Oficial de Trabajo Social de Cataluña
La trabajadora social de la Fundación Arrels, Marta Maynou, explicó “la mirada desde Arrels, centrada en la atención a las personas sin hogar que duermen en la calle y especialmente las de larga trayectoria, que presentan una situación muy deteriorada y con mucha dificultad de vinculación a los recursos”. Esta mirada, según Maynou, "necesita conocimiento, comprensión, flexibilidad y sensibilidad para dar una respuesta adecuada".
Seguidamente, fue el turno de escuchar la voz de una persona que ha vivido en la calle. Jordi Rodríguez conoce en primera persona el sinhogarismo. Llegó a vivir en un vertedero en Vilafranca. “Calculaba los años que me quedaban por morirme”, aseguró. Según Rodríguez, "una persona sin hogar no es una persona con muchas necesidades, sino con todas las necesidades". A su juicio, faltan nuevas ideas y recursos para abordar la atención a las personas sin hogar. “Sería ideal que un médico pudiera recetarnos una vivienda. Sinhogarismo es una palabra muy políticamente correcta, pero desde la perspectiva de un sin techo, más bien es ostracismo, rechazo, indiferencia, culpabilidad y vergüenza”, afirmó Rodríguez.
Por último, y después de un breve turno de preguntas, el entonces consejero de Salud de la Generalitat, Josep M. Argimon, cerró la jornada. Argimon dejó claro que "las necesidades de las personas son continuas" y que "hay que darles una respuesta social y sanitaria". En esta línea, el ya exconsejero repitió que “la salud debe estar en todas las políticas: trabajo, educación, justicia y derechos” y que “la función del sistema sanitario es curar, cuidar y acompañar, pero todo esto debe hacerse también desde el conjunto de la sociedad”.