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El Estado de la Profesión La precariedad laboral de los médicos

En el último debate del Estado de la nación, un contrato "basura" de un profesional de la Medicina sirvió de ejemplo de degradación de los derechos laborales de los trabajadores. ¿Un médico? Lo escuchábamos por televisión y muchos no se lo creían. ¡El ejemplo de situación laboral extremamente insoportable y denunciada en el Parlamento por el líder de la excomunista Izquierda Unida, en el debate del estado de la nación, no era un obrero de la construcción o un industrial, era el de un médico! Esta denuncia exponía una situación que desde el Colegio y desde las organizaciones profesionales médicas venimos denunciando repetidamente con pocos resultados: la inaceptable precariedad laboral que un número creciente de médicos, jóvenes y ya no tan jóvenes, ha de aceptar para encontrar una manera de ganarse la vida en el sistema sanitario público y concertado. La proletarización de la profesión no ha llegado a ser sólo una forma estándar de ejercicio, sino que los médicos ya somos la representación de las formas más extremas de esta proletarización. 

El ejemplo que se utilizó para denunciarlo en el Congreso no es un caso único. Ni tan sólo es el más extremo. En el Colegio hemos detectado ejemplos todavía más brutales. Los contratos basura proliferan, desafortunadamente, con excesiva normalidad. 

El Dr. XX ha tenido que aceptar 215 contractos de trabajo durante los últimos nueve años, con una media de 24 contratos/año. Algunos de estos contratos tienen duraciones tan peculiares como las siguientes: 

día 2 de diciembrea5 de diciembre
día 7 de diciembrea7 de diciembre
día 11 de diciembrea11 de diciembre
día 21 de diciembrea24 de diciembre
día 28 de diciembrea31 de diciembre
día 4 de eneroa5 de enero
día 7 de eneroa8 de enero

En total, siete contratos para cubrir un turno de suplencias de guardia durante las vacaciones de Nadal. 

El Colegio se propuso, a finales del año 2001, hacer un "Inventario de la precariedad" con el objetivo de poder exigir soluciones concretas y monitorizar todas estas situaciones. Pensábamos que sólo si los mismos médicos afectados colaboraban en este inventario podíamos presionar desde el Colegio para que se acaben estas situaciones. Pero colaborar puede ser difícil para un colectivo de médicos muy vulnerables, que ven que si denuncian su situación personal quizá serán ellos los primeros perjudicados, ya que sus derechos laborales son hoy prácticamente inexistentes. Por eso, en octubre del 2001, la Junta de Govern hizo un llamamiento público a los miembros de la Asamblea de Compromisarios, a los sindicatos y asociaciones profesionales, para que entre todos nos ayuden a construir este inventario y a desplegar conjuntamente, con carácter prioritario, un plan de lucha contra la precariedad laboral de los médicos. La Junta de Govern actual reafirmó su compromiso en el programa electoral y el Colegio se propone cumplirlo. Por eso necesitamos -seguimos necesitando-, la colaboración de todos los afectados y compañeros con posibilidades de tener información precisa.

Paralelamente, la Junta de Govern del COMB quiere obtener el compromiso de las patronales del sector y del ICS para poner límites a las contrataciones en precario, y sobre todo lo que queremos es establecer unas reglas de juego para que, cuando hagan falta contrataciones temporales/sustituciones o en situaciones parecidas (que serán necesarias siempre), esto no comporte la disminución de los derechos laborales básicas de los médicos.

El tema de la precariedad no es sólo un problema individual de los médicos afectados, sino que es un problema colectivo. Primero porque posa en peligro las condiciones de seguridad personal y psicológica para poder practicar la medicina con autonomía. Esta es necesaria para cumplir con nuestro contrato social como médicos, y una situación como esta pone en peligro la calidad de la praxis profesional, tanto de los que ya están sometidos a estas prácticas como de los otros médicos que se sienten amenazados por este mismo problema.

En segundo lugar, es un problema colectivo porque exige la solidaridad del resto de médicos y de la corporación, pues no queremos quedarnos impasibles ante la degradación de la profesión que provoca una situación como ésta.

El estado de la profesión no se define sólo por la precariedad, pero es un elemento insoportable que hay que erradicar.
Jaume Aubia, 
vicepresidente del COMB
Barcelona, 24 de julio de 2002