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El Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, representado por su Junta de Gobierno y en relación a la noticia del primer caso de Difteria en 32 años en Catalunya, hace las siguientes consideraciones:

En primer lugar, lamentar que un niño de 6 años esté en una situación de riesgo por su vida por una enfermedad grave y que se puede prevenir con una correcta vacunación. La Junta de Gobierno expresa su deseo de que se recupere pronto y apoya a todos los profesionales de la salud que hacen los esfuerzos necesarios para que así sea. 

El segundo lugar, alertar que en la toma de decisiones sobre la vacunación sistemática de los hijos, existe una creciente banalización de la información médica y evidencia disponibles al mismo tiempo que una gran cantidad de información carente de fundamentos científicos. Este hecho ha llevado a ciertos padres a decidir no inmunizar a sus hijos bajo argumentos variados, la mayoría falsos o carentes de base científica. Estas decisiones ponen en riesgo no sólo la salud de sus propios hijos, sino que repercuten en la inmunidad de grupo, dejando en situación de vulnerabilidad a ciertos colectivos que no se pueden beneficiar de la vacuna porque sufren enfermedades graves o porque reciben tratamientos que lo contraindican. 

En tercer lugar, remarcar que el conocimiento científico y médico es la base indispensable para la toma de decisiones clínicas, tanto en el ámbito asistencial como en el ámbito de la salud pública. Este conocimiento no se concibe con dogma, sino que la propia comunidad científica y médica lo somete a juicio en la busqueda contínua de la evidencia más sólida posible y generando consenso sobre aquellas actuaciones que más beneficios aporten a la salud de la comunidad. Es en este conocimiento y en la experiencia y evidencia generadas que descansan los fundamentos que justifican de manera sólida los beneficios de las vacunas sistemáticas. 

En cuarto lugar, recordar que el deber de los médicos, y de esta institución, reflejados en el Código de Deontología en diversos artículos, obliga a una lealtad sobre las personas que atendemos y a garantizar una atención médica de calidad. El médico tiene el deber de utilizar todos los medios necesarios y disponibles para preservar la salud de las personas, pero no utilizará procedimientos -ni prescribirá medicamentos ni hará recomendaciones- que no estén basadas en la evidencia científica o en la eficacia clínica. Debe respetarse el derecho de las personas a rechazar un tratamiento, siempre que no suponga un riesgo a terceros. El Colegio de Médicos ha de velar por todos los aspectos que puedan afectar a la salud de la población. 

En el caso de la vacunación sistemática, debe tenerse muy presente que se está actuando en un ámbito que es la protección de la salud de los menores, que no participan en la decisión, y de la población en general. 

El COMB quiere recordar a la Colegiación el deber deontológico y de buena praxis en relación a la administración de las vacunas sistemáticas, así como las responsabilidades que se pueden derivar de su incumplimiento. Ver el documento de posición sobre "la responsabilidad de los médicos en la aplicación de las vacunas sistemáticas". 

El COMB se pone a la disposición de los ciudadanos y de los medios de comunicación, remarcando la importancia de recurrir siempre a información científica y médica validada para tomar decisiones sobre la salud. El COMB alerta de los riesgos que comporta seguir consejos de personas no autorizadas por su titulación y especialmente basándose en información no contrastada. 

Barcelona, 5 de junio de 2015