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El Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), de manera conjunta con el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) y el Colegio de Periodistas de Cataluña, ha elaborado unas recomendaciones en relación con los contenidos audiovisuales sobre las vacunas de la COVID-19.
El texto reconoce que los beneficios de la vacunación para el conjunto de la sociedad están ampliamente probados y que los medios de comunicación tienen la función de informar de manera veraz en relación con la seguridad y la eficacia de las vacunas. Asimismo, pueden contribuir a luchar contra la desinformación, que, en el caso de la vacunación contra la COVID-19, constituye una amenaza a la salud pública.
La iniciativa surge, entre otras consideraciones, de los datos demoscópicos recientes (barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de diciembre), que indican que solo el 40 % de la población afirma que se vacunaría de manera inmediata contra la COVID-19.
Para facilitar el empoderamiento de la ciudadanía y que pueda discernir entre información y desinformación, las cuatro instituciones y entidades profesionales mencionadas han elaborado unas recomendaciones dirigidas a los profesionales de la información, a las empresas del sector, a las plataformas de intercambio de vídeos, a las redes sociales y a la población.
El documento de recomendaciones incluye también una recopilación de referencias a agencias de medicamentos, sociedades científicas y organismos especializados en materia de vacunas, como recursos informativos y documentales. Los sistemas de farmacovigilancia pertenecen al ámbito de Cataluña, del Estado, de la Unión Europea y de la Organización Mundial de la Salud.
El presidente del CAC, Roger Loppacher, ha destacado que "la desinformación en materia sanitaria, y en especial sobre las vacunas, puede poner en riesgo la salud de la población", y ha añadido que "tenemos que apostar por tener la información más completa y del máximo rigor posible para garantizar la máxima confianza entre la ciudadanía y poder, así, tener las herramientas para superar esta crisis sanitaria".
El presidente del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, Jaume Padrós, ha señalado que "la vacunación ha salvado millones de vidas. Las vacunas están sometidas a un control muy estricto de su seguridad, tanto previo como posterior a su autorización. Las vacunas frente a la COVID-19 se han desarrollado rápidamente, gracias al uso de nuevas tecnologías y un extraordinario esfuerzo y colaboración mundiales. Las agencias que las evalúan y aprueban han empleado los mismos controles, con el mismo rigor".
El decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, Joan Maria Morros, recordó que los profesionales de la información "estamos sujetos al Código Deontológico, que es nuestra autorregulación, y que su cumplimiento avala la calidad de nuestro trabajo al mismo tiempo que da cumplimiento a la vocación social de todos los periodistas". No obstante, remarcó, "nunca está de más conocer las recomendaciones que nos hacen los especialistas del ámbito sanitario para ayudarnos a hacer frente con más garantías a la COVID-19".
La subdirectora general de Promoción de la Salud, Carmen Cabezas, ha subrayado la importancia de la vacunación contra la COVID-19: "la vacuna protege a la persona y también al conjunto de la sociedad. Será lo que hará cambiar realmente la situación que estamos viviendo". También remarca que "mientras la cobertura vacunal no llegue al 80 % de la población, habrá que mantener las medidas de seguridad: distancia, lavado de manos, mascarilla, ventilación y quedarse en casa en caso de encontrarse mal".
Las recomendaciones subrayan que existe un consenso científico, demostrable empíricamente, sobre la seguridad y los beneficios de la vacunación. Así, considera que los medios de comunicación pueden contribuir a incrementar la "confianza vacunal" de la población, incluso cuando se arbitran mecanismos de aprobación de urgencia o cuando se utilizan tecnologías como la del ácido ribonucleico mensajero (ARNm).
El documento destaca la conveniencia de recurrir a las personas expertas en la divulgación de los programas de vacunación, tanto en espacios informativos como en espacios de entretenimiento. También subraya que los medios deberían mostrar las consecuencias de la COVID-19 y las implicaciones que tiene la negativa a recibir la vacuna (enfermedad y/o transmisión).
Las recomendaciones piden tener especial cuidado con las llamadas historias humanas, a fin de no elevar a categoría general una anécdota o un caso concreto, especialmente en los programas de entretenimiento en la radio y en la televisión.
También advierten que un acontecimiento adverso después de la vacunación es cualquier hecho médico desfavorable que sigue a la vacunación y que no necesariamente tiene una relación causal con el uso de la vacuna. Por eso hay que extremar la cautela en la información sobre estos acontecimientos y transmitir información objetiva y no alarmista sobre las sospechas de reacciones adversas. Hay que tener en cuenta también que las vacunas no evitarán las otras enfermedades que se producen habitualmente, que no guardan relación con la COVID-19 y pueden aparecer tanto en las personas vacunadas como no vacunadas.
El documento pide evitar la espectacularización en las informaciones sobre las vacunas, tanto en el discurso oral como en el visual.
El peso informativo de los negacionistas
El texto destaca que, en beneficio de la salud de la población, una información equilibrada no significa poner en términos de igualdad las voces científicas y las voces del negacionismo, sino darles el peso que se deriva del aval científico que tienen.
La información sobre rumores o desinformaciones relativos a la vacunación contra la COVID-19 debe valorar muy detenidamente si el hecho de reproducirlos, incluso desde un punto de vista crítico, contribuye al debate libre y democrático sobre la vacunación o no. Y en el caso de rumores o desinformación que puedan causar un daño, convendría evitar su reproducción o bien, si se considera necesario, aportar argumentos para contrarrestarlos.
En este sentido, hay que extremar las precauciones en la moderación de formatos en los que se abordan temas de manera espontánea y dinámica, como las tertulias. Sería recomendable que también en estos formatos la voz de personas expertas pudiera actuar como marco de referencia.
Finalmente, se hace un llamamiento a las plataformas de intercambio de vídeos y a las redes sociales para extremar el cuidado de los contenidos y la conveniencia de ofrecer enlaces a fuentes acreditadas, en aplicación de los compromisos con la UE. En cuanto a los usuarios de estos servicios, se pide evitar crear o difundir contenidos sin aval científico.